Es difícil decir que la crisis terminó, pero hay buenas chances de que sí

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El economista Miguel Kiguel, director de Econviews, afirmó que la turbulencia en el mundo financiero de las últimas semanas “no fue una crisis (grave)” sino una “corrida cambiaria”, y que si bien “es difícil decir que terminó, hay buenas chances de que sí”.

“Venimos de un periodo en el cual nos trajo recuerdo de episodios que terminaron mal y eso es lo que genera tanta ansiedad en Argentina. El episodio reciente fue una corrida cambiaria, pero no ha sido una crisis (grave)”, afirmó Kiguel en el marco del 35° Conferencia Anual del IAEF. Y: “Es difícil decir que la crisis terminó, pero hay buenas chance de que haya terminado”.

Para Kiguel, la corrida fue “un episodio que comenzó por mezcla de factores externos e internos”. “La corrida no califica como crisis. Fue un episodio cambiario, no hubo crisis de deuda”, dijo, aunque aclaró que hablaba de una crisis “grave”.

Kiguel diferenció los factores externos e internos que afectaron a la Argentina. En cuanto a los externos identificó “la suba de tasas en EEUU, y caída de la liquidez global, depreciación de monedas emergentes, desde abril, y salida de fondos de emergentes. Fortalecimiento del dólar en el mundo”. En lo local, se refirió al “tamaño de déficit en la cuenta corriente” y la elevación de las expectativas de inflación del mercado por encima de la meta oficial.

“Hubo países que sufrieron más que otros y Argentina fue uno de los que más sufrió”, opinó Kiguel y recordó que “Argentina se depreció 29%, el costo del crédito subió 120 puntos desde principios de año”.

Kiguel, insistió: “Es importante que la crisis se paró, después de un buen recorrido del tipo de cambio. Y el BCRA poniéndose adelante del mercado ofertante con u$s 5.000 millones a $ 25 fue muy importante para frenar la corrida. Ayudó también el bono en pesos, y que se calmara el mundo, más las negociaciones con el FMI”.

Por otro lado, advirtió sobre los riesgos hacia adelante: la suba de tasas en EEUU no terminó. Se espera 3,5% a 10 años a fines de 2018. Sobre el nivel del tipo de cambio consideró que “hoy es adecuado”.

“Con un BCRA más experimentado, más el acuerdo con el fondo y un programa fiscal con menor déficit, vamos a estar mejor parados que en febrero y mayo”, dijo Kiguel. Y aseguró: “La crisis dejó consecuencias, dejó cicatrices. Debe haber un tipo de cambio real más alto, más competitivo, para frenar los viajes a Miami”.

Y añadió: “Deja una cicatriz para el Gobierno sobre la estrategia gradualista en lo fiscal. Para que haya gradualismo debe haber financiamiento, que en su mayoría viene del exterior. Por eso estábamos expuestos al shock externo”.

“El Gobierno decía que no había plan B al gradualismo. Pero el FMI es el plan B”, opinó el economista. “Pero este FMI cambió después de las implicancias sociales que dejó en 2001 en Argentina. Lagarde entiende qué es la política. Cuando dan préstamos, no tienen sólo la cuestión técnica, sino que es más político”, agregó. Y remató: “El FMI va a ser diferente a lo que fue”.

“El FMI da financiamiento, con lo cual Argentina puede estar afuera de los mercados en 2018, 2019 y probablemente 2020. Llevará a bajar al riesgo país, y se quitan dudas sobre el pago de la deuda. Es importante el tamaño del paquete: si el paquete es de u$s 22.000 millones el mercado se va a decepcionar y va a haber otro sacudón. Debería haber un préstamo más grande, de alrededor de u$s 30.000 millones”, sostuvo. “Si ese monto se confirma, deberíamos esperar una economía más fortalecida”, concluyó.

 

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