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Según especialistas: las alternativas del Gobierno para reducir la ayuda social y contener la situación

24 Noviembre 2020

El ministro de Economía, Martín Guzmán, confirmó que se quitará la ayuda del Ingreso Familiar de Emergencia (IFE), medida excepcional que se desarrolló ante la situación de emergencia sanitaria generada por el Covid-19. Después de casi ocho meses, sumados alrededor de $258.000 millones al gasto público, la continuidad del programa se enfrentó con el rojo de las cuentas fiscales. 

"No podemos seguir pagando el IFE y el ATP a todos", dijo el presidente, Alberto Fernández, y confirmó la cancelación del IFE y la reducción del pago del ATP (Asistencia de Emergencia al Trabajo y la Producción). Estas dos medidas de asistencia fueron lanzadas por el Gobierno para mitigar los efectos de la pandemia de Covid-19. El IFE tuvo un alcance de casi 9 millones de beneficiarios y costó alrededor de $265.000 millones en sus tres entregas. 

En agosto pasado, el déficit fue de $89.499 millones, producto de que el gasto aumentó 56,9% interanual, mientras que los ingresos lo hicieron solo un 32,4%, por debajo de la inflación de 40,7% registrada por el Indec para el mismo período.

Con respecto a esta visión, Matías Rajnerman, de Ecolatina, aseguró que "el IFE es una política progresiva, pero es expansiva porque aumenta el gasto". El economista explicó que tener este tipo de planes, que generan un exceso de liquidez y, a la vez, pérdida de reservas, "aumenta las chances de una devaluación".

"Sin el IFE no se evita una devaluación, pero por lo menos se reorienta el camino", dijo y agregó que si se continuaba con esta ayuda la política iba a ser "todavía más regresiva y con un impacto aún más negativo".

En tanto, en comparación con otros países que tomaron políticas permanentes, afirmó que el camino que siguió la Argentina fue pensado en el corto plazo, transitorio y con mucho costo para la economía. 

"La Argentina sacó un paquete enfrentando la restricción presupuestaria -explicó Martín Vauthier, director de Eco Go-. Esta decisión demuestra que el Gobierno reconoce la imposibilidad de continuar con el aumento del déficit fiscal y la necesidad de cortarlo". 

"Al principio no se veían en el corto plazo las consecuencias del financiamiento monetario -dijo-. Hoy se ven los costos de esta emisión y la imposibilidad que tiene la Argentina de sostener un déficit fiscal tan alto".

"Cuando se levantaron las restricciones y se puso en marcha la economía, este plan queda descartado. A partir de ahí, hay que pensar cómo hacemos para reactivar la economía genuinamente. El IFE era excepcional, era un ingreso de emergencia", dijo Agop Karagoz, economista de Kartal Consulting.

En tanto, para él la única solución es generar empleo que a su vez ayudará con la reactivación del consumo. "A mayores niveles de empleo, vamos a tener mayor nivel de recaudación y se va a lograr el equilibrio fiscal que necesitamos", explicó. 

"Los economistas venimos repitiendo que es fundamental para la consolidación fiscal que los gastos extraordinarios por la pandemia no se vuelvan permanentes. En este sentido, la quita del IFE 4 va en la dirección correcta", explicó Lorena Giorgio, economista de Econviews. 

Por otra parte, aseguró que el plan del Gobierno "era como máximo pagar dos IFEs". "Entre mayo y septiembre, las erogaciones entre ATP e IFE promediaron 79.000 millones de pesos por mes, es decir un 0,3% del PBI. Estimamos que alrededor de 1,8 puntos del déficit de este año vendrá de estos dos programas, lo cual claramente es insostenible", dijo.

Planes alternativos

El ministro Guzmán aclaró que el IFE será reemplazado por otras medidas sociales. "Iremos expandiendo programas existentes. Buscamos focalizar ayuda en los sectores que más lo necesitan", precisó el funcionario del Gobierno. 

"La AUH, el Programa de Potenciar Trabajo, Potenciar Joven, la tarjeta Alimentar o el bono a fin de año, son todas medidas que hay que ver como se las hace eficientes", dijo Karagoz. "Tienen que tener un foco y un fin determinado".

"Tenemos que ver cómo transformamos el contexto de vulnerabilidad en el que están muchas personas en algo productivo", dijo y explicó que se debe trabajar en la rapidez y eficiencia del otorgamiento de planes. 

"La realidad argentina se choca con el presupuesto", explicó Vauthier. Para él, no hubo manera de financiar este tipo de medida frente al corto presupuesto que tiene el país. "Hay que avanzar con un programa para revertir expectativas y dar una señal fiscal contundente", dijo y agregó que debe ser un programa "más acotado y menos costoso".  

"A partir de ahora, el Gobierno seguramente comenzará a incentivar el consumo y la reactivación económica a través de préstamos subsidiados y programas de facilidades para compras en cuotas, más aún de cara a 2021 que es un año electoral", aseguró Giorgio. 

En diálogo con LA NACION, Martín Kalos, director de EPyCA Consultores, afirmó que mediante esta quita de la cuarta edición del IFE se está priorizando el cuidado fiscal, "la prioridad deja de ser el IFE y pasa a ser la estabilización macro financiera". A su vez, afirmó que dentro del presupuesto 2021 no se prevén ayudas de este tipo. 

"El Gobierno está apostando a que no haya una segunda ola de la pandemia. Si hay un retorno o si empeora la situación van a necesitar hacer medidas de emergencia nuevamente. Eso va a depender de las políticas de salud pública", dijo.

Aseguró que muchas familias van a estar más vulnerables ante la crisis económica. Mientras tanto, propuso ampliar el alcance de la Asignación Universal por Hijo (AUH) y que el plan esté acorde a los niveles de inflación. "La AUH es una gran herramienta para aportar a los hogares que están por debajo de la línea de pobreza. Se puede compensar la pérdida del IFE con una mejora real de este plan", dijo. 

Desde la creación del IFE se conoció que alrededor de 70.000 niños no estaban cobrando la AUH y lo podrían hacer. "No reemplazaría la otra medida, pero es un complemento valioso para la situación sociolaboral en la que estamos", explicó. 

María Castiglioni, directora de C&T Asesores, aseguró que con la quita de esta ayuda habrá conflictos por parte de los sectores que van a seguir necesitándola. "Estimo que algún tipo de medida van a terminar dando, porque es muy difícil que la gente se mantenga sin ingresos", dijo. 

"La cuarentena se fue alargando por distintos motivos, más allá de lo sanitario. Más allá de los motivos, el problema de estirarlo es doble. Por un tiempo no tuvieron ingresos y además es menos probable y más difícil recuperar el empleo", aseguró y agregó que el plan del Gobierno fue resolver los problemas en el corto plazo sin una mirada a futuro.