Press

Prensa

Volver a

Desdoblar el dólar sin morir en el intento

31 Octubre 2022

La multiplicidad de dólares es un Frankenstein que cada vez es más complejo de entender, y lo más triste es que de no mediar un milagro, nuestro Frankenstein irá tomando vida propia y puede acabar con la esperanza de vivir un verano tranquilo. El nudo del problema es que escasean las reservas, y que si bien el dólar soja le dio un respiro al gobierno, para fin de año seguramente estaremos contando nuevamente las monedas.

En agosto las reservas netas eran sólo 1200 millones de dólares. Gracias al dólar soja subieron a u$s 5.000 millones en septiembre. Pero en los próximos tres meses se esperan nubarrones. Habría unos u$s 3.000 millones menos de exportaciones que lo usual porque muchas ya fueron adelantadas en septiembre, en diciembre empezarán a gastarse unos u$s 1.000 millones por mes por pagos de importaciones cuyos pagos que se dilataron 180 días y además la sequía nos va a privar de u$s 2.500 millones de dólares de exportaciones de trigo. Un panorama sombrío en el que los dólares no alcanzan y en el que no se avizoran nuevos conejos para sacar de la galera.

¿De dónde pueden venir los dólares? Financiamiento externo no hay y de las multilaterales ya usamos el cupo disponible. Las exportaciones con este tipo de cambio y con una brecha del 100% no aparecen por ningún lado. Hoy todas las fichas están puestas en bajar importaciones. El centro de la estrategia es un nuevo sistema el nuevo sistema de "racionamiento" de importaciones Sira, que reemplaza al de las Simi, pero que sabemos que no es la solución.

El problema empieza por un diagnóstico equivocado, que es pensar que Argentina, por temas estructurales, tiene una restricción externa, y que por eso los dólares son escasos y que los tiene que asignar el gobierno con alguna regla arbitraria, que por supuesto siempre está llena de agujeros. ¿Cabe preguntarse porque Argentina es diferente de Brasil, México, Colombia o Perú, y en este aspecto se parece más Venezuela?

La solución no pasa por buscar nuevos sistemas, que se llamen Simi, Sira o Será lo que será, sino por atacar los problemas de fondo que son la brecha cambiaria, el tipo de cambio y la política macroeconómica en general. Más restricciones no generan dólares, no favorecen exportaciones y solo ayudan a defender las pocas reservas que tenemos. El dólar Coldplay o el dólar Qatar son parches, no una solución. Con lo que habrá que inventar más parches en el futuro.

Sigue siendo un misterio porqué el gobierno sigue sin ir a un desdoblamiento del mercado cambiario, que en la Argentina sería sui generis y hasta podría tener tres tipos de cambios, uno oficial, otro para servicios y otros productos (estos dos primeros controlados por el Banco Central) y un financiero (el contado con liqui) que como hasta ahora y que flote. Esto que sería mucho más efectivo que el sinfín de tipos de cambios que se generan hoy con impuestos y percepciones. ¿Cuál sería la ventaja de algún desdoblamiento, aunque sea light?

El mejor ejemplo es el dólar Qatar. Lo que se ha hecho es poner el impuesto país del 30% y luego llevar el tipo de cambio a 320 pesos agregando percepciones sobre los impuestos de ganancias y bienes personales. Pero estos tipos cambios siguen creando incentivos para usar las tarjetas de crédito en el exterior porque las precepciones finalmente el gobierno las devuelve, con lo que el tipo de cambio termina siendo mucho menor. Es cierto que las percepciones se pagan hoy y se recuperan "devaluadas por la inflación" en junio del año que viene, cuando se pagan los impuestos, pero lo que le cuesta al consumidor que paga esos impuestos está más cerca de 250 pesos que de 320. Sigue conviniendo usar la tarjeta en Qatar que gastar dólares contantes y sonantes.

Esta estrategia de desdoblar el tipo de cambio a través de impuestos y percepciones es una estrategia perdedora, que sólo sirve para achicar el comercio exterior y por ende la economía. Lo que Argentina necesita es buscar políticas que estimulen exportaciones y ayuden a que crezca el PBI y el ingreso de la gente. Y eso no se logra con las políticas económicas actuales, que no van a salir gratis porque llevan a la escasez de productos importados que se va a sentir en el nivel de actividad y que también va a afectar los precios y la inflación.

¿Qué se puede hacer? Una alternativa mejor es un desdoblamiento del mercado para empezar a sincerar la economía. No es un desdoblamiento clásico entre dólar financiero y dólar comercial (que ya existe de hecho con el contado con liqui). Ahora lo que hace falta es que se sincere el tipo de cambio para todos los servicios como el turismo, los recitales, las importaciones suntuarias y el ahorro, para que vayan a un dólar más alto (más alto que el oficial y más bajo que contado con liqui). Ese tipo de cambio también se podría aplicar a ciertas exportaciones. De esa manera podría haber un círculo virtuoso, porque habría menos incentivos para comprar dólares y más para vender. El turista que viene a la Argentina con su tarjeta recibiría un tipo de cambio más alto, que le sumaría reservas al Banco Central. Es apostar a mejorar exportaciones y generar divisas y no sólo a parar la sangría. Agrandar en vez de achicar.

No es un sistema cambiario para el largo plazo, es sólo para la emergencia, pero es mejor que el actual. El efecto sería menos Frankenstein y algo más de transparencia, menos uso de herramientas fiscales que están diseñadas para otras cosas y más uso del tipo de cambio. Seguiría habiendo arbitrariedades, sobre todo respecto de que productos van a que mercado, pero sería un paso adelante hacia algo más razonable, aunque dista de lo deseable. Sería empezar a desdoblar sin morir en el intento.